Y viendo todos los hijos de Israel descender el fuego, y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento, y adoraron y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia.

Todos los hijos de Israel... se inclinaron rostro a tierra sobre el pavimento. Esta forma de postración, es decir, la de estar de rodillas con la frente tocando la tierra, es la manera en que los hebreos, y los orientales en general, expresan los más profundos sentimientos de reverencia y humildad.

Los patios del templo estaban densamente llenos en la ocasión, y la inmensa multitud se arrojó al suelo. Lo que llevó a los israelitas a asumir repentinamente esa actitud postrada en la ocasión referida, fue el espectáculo de la nube simbólica descendiendo lenta y majestuosamente sobre el templo, y luego entrando en él.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad