Así que me paré sobre él y lo maté, porque estaba seguro de que no podría vivir después de haber caído; y tomé la corona que tenía en la cabeza y el brazalete que tenía en el brazo, y los he traído aquí a mi señor.

La corona: un pequeño gorro o corona metálica que rodeaba las sienes y que servía de casco, con un cuerno muy pequeño que sobresalía por delante, como emblema del poder.

El brazalete que llevaba en el brazo: el brazalete que se llevaba por encima del codo, una antigua marca de la dignidad real. Todavía lo llevan los reyes en algunos países orientales.

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