Y dijo David a Abisai y a todos sus siervos: He aquí que mi hijo, que salió de mis entrañas, busca mi vida; ¿cuánto más ahora podrá hacerlo este benjamita? Dejadle, y que maldiga, porque Jehová se lo ha mandado.

Que maldiga, porque el Señor se lo ha ordenado. Los orientales hacen uso de figuras audaces, mucho menos comunes entre nosotros, aunque no del todo desconocidas. Hablan de la causa mediata sin decir que es la causa mediata, y utilizan la misma expresión que denota la causa inmediata. Debemos considerar a Simei como un instrumento en manos de la Providencia. En Oriente van mucho más lejos. Allí Dios ha hecho y ordenado todo lo que los hombres hacen en contra de sus mandamientos. Simei estalla en imprecaciones contra David; y de inmediato David considera que Dios le ha ordenado a Simei que lo maldiga.

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