Cuando Husai el arquita, amigo de David, se acercó a Absalón, Husai dijo a Absalón: "Dios salve al rey, Dios salve al rey".

Husai dijo a Absalón: "Dios salve al rey". La devoción de Husai por David era tan conocida, que su presencia en el campamento de los conspiradores causó gran sorpresa. Sin embargo, profesando, con gran dirección, que consideraba su deber apoyar la causa que el curso de la Providencia y la voluntad nacional habían decretado aparentemente que debía triunfar, e insistiendo en su amistad con el padre como motivo de confianza en su fidelidad al hijo, persuadió a Absalón de su sinceridad, y fue admitido entre los consejeros del nuevo rey.

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