Entonces Abner se enfureció mucho por las palabras de Isboset, y dijo: ¿Soy yo una cabeza de perro, que contra Judá hago hoy misericordia a la casa de Saúl tu padre, a sus hermanos y a sus amigos, y no te he entregado en mano de David, para que me acuses hoy de una falta contra esta mujer?

¿Soy cabeza de perro?, es decir, un muy perro; una forma proverbial de expresión, que denota un carácter bajo y despreciable; y, movido por la venganza, determinado a transferir todo el peso de su influencia a la parte contraria. Evidentemente, asignó un valor total a sus servicios y parece que se enseñoreó de su débil sobrino de una manera altiva y autoritaria.

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