También Amasías le dijo a Amós: "Oh, vidente, vete y huye a la tierra de Judá, y come allí pan, y profetiza allí".

También Amasías dijo a Amós. Además de informar al rey en contra de Amós, por si esa estrategia fallaba, Amasías insta al problemático profeta a regresar a su propia tierra, Judá, fingiendo aconsejarlo amistosamente.

"Oh, vidente", lo dijo con desprecio en referencia a las visiones de Amós, que preceden a sus palabras.

"Huye hacia la tierra de Judá", le dice Amasías burlonamente, diciéndole que sus palabras en contra de Israel y Betel serían aceptables en Judá; insinuando que el profeta no tenía simpatías por la gente entre quienes profetizaba, sino que era un traidor en su corazón, y favorecía al enemigo.

"Allí come pan y profetiza", le dice, "puedes ganarte la vida allí, mientras que si te quedas aquí, serás arruinado". Él juzga a Amós por su propia mezquindad, como si la consideración por su propia seguridad y subsistencia fueran las consideraciones primordiales. Así que los falsos profetas  estaban dispuestos a decir cualquier cosa que complaciera a sus oyentes, por muy falsa que fuera, deshonrando a Dios, y destruyendo a las almas, por "puñados de cebada y pedazos de pan".

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