Parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!​​​​​​​

Los juicios de Dios inspiran temor en los mundanos, pero de corta duración; porque los reyes y los grandes hombres pronto se unen a la bestia, en su última y peor forma, como el Anticristo abierto, reclamando toda la ramera reclamada con pretensiones blasfemas, y más: compensándolos así por la pérdida de la ramera.

Poderoso. Roma, en griego, significa fuerza.

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