Y dijo: Oh hombre muy amado, no temas: la paz sea contigo, sé fuerte, sí, sé fuerte. Y cuando me hubo hablado, me fortalecí y dije: Hable mi señor; porque me has fortalecido.

Oh hombre muy amado... la paz sea contigo, Dios es favorable a ti y a tu pueblo Israel. Ver, en cuanto al temor de algún mal resultante de una visión de ángeles ("Dijo Manoa a su mujer: De cierto moriremos, porque a Dios hemos visto").

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