Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.

Muchos seránlimpios, y emblanquecidos, y purificados; mas los impíos obrarán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá; pero los sabios entenderán. No hay necesidad de una explicación más completa en cuanto al tiempo: porque cuando las predicciones dadas hasta ahora se hayan cumplido, los piadosos serán "purificados" por las pruebas predichas, y comprenderán que el fin está cerca; pero los impíos no entenderán, y así se precipitarán sobre su propia ruina. (Maurer.) El "fin" es principalmente el de la persecución de Antíoco; antitípicamente, el fin del Anticristo. Es la misma claridad en lo principal lo que hace necesaria la oscuridad parcial. El cumplimiento del decreto de Dios no es un mero problema aritmético, que los profanos pueden entender por cálculo aritmético; sino un santo enigma, para estimular a una fiel observancia de los caminos de Dios, y a un estudio diligente de la historia del pueblo de Dios (Auberlen). A esto Cristo se refiere, "Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)".

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