Y el rey les dijo: He soñado un sueño, y mi espíritu se turbó al saber el sueño.

Y el rey les dijo: He soñado un sueño, y mi espíritu se turbó al saber el sueño. Despertó alarmado, recordando que algo solemne se le había presentado en un sueño, sin poder recordar la forma en que se había presentado. Sus pensamientos sobre la grandeza sin precedentes a la que había llegado su poder le hicieron querer saber cuál sería el resultado de todo esto: "En cuanto a ti, oh rey, tus pensamientos te vinieron estando en tu cama". Dios satisface este deseo de la manera más adecuada para impresionarlo.

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