No prestarás con usura a tu hermano; usura de dinero, usura de víveres, usura de cualquier cosa que se preste a usura:

No prestarás con usura a tu hermano... a un extraño. Los israelitas, al estar empleados principalmente en el cultivo de la tierra y la cría de ganado, tendrían pocas ocasiones de pedir prestado excepto para uso personal debido a la necesidad y la pobreza temporales. Vivían en un estado de sociedad simple y, por lo tanto, se los alentaba a prestarse entre sí de manera amistosa, sin ninguna esperanza de ganancia.  Pero el caso era diferente con los extranjeros, que se dedicaban al comercio y a los préstamos para ampliar su capital, y de los que se podía esperar razonablemente que pagaran intereses por sus préstamos, tanto más cuanto que el riesgo de prestarlos era mayor, y no existía el vínculo de consanguinidad. Además, la distinción era admirablemente propicia para mantener a los israelitas separados del resto del mundo.

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