Da parte a siete, y también a ocho; porque no sabes qué mal vendrá sobre la tierra.

Porción, de tu pan.

A siete, el número perfecto.

A ocho, incluso a más de siete; es decir, a muchos (así que "aguas"), es más, incluso a muchos necesitados.

Porque no sabes qué mal, puede estar cerca el día en que necesitarás la ayuda de aquellos a quienes has unido a ti con bondad. El mismo argumento que los hombres codiciosos usan contra la liberalidad, a saber, que pueden venir tiempos malos, el hombre sabio lo usa en su favor. La única ganancia que puedes asegurarte ante la perspectiva de malos tiempos, que pueden despojarte de todos tus bienes terrenales, es esa ganancia celestial que obtienes al dar ahora generosamente a los pobres y a la causa de Dios.

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