Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos del rey, a quien él había designado para que la atendiera, y le dio una orden a Mardoqueo, para que supiera qué era y por qué era.

Luego llamó Ester a Hatac, uno de los eunucos del rey, a quien él había designado para que la atendiera. La comunicación con las mujeres del harén apenas puede obtenerse, y sólo a través de los guardianes. El eunuco jefe recibe el mensaje de labios de la reina, lo transmite a algún oficial inferior del serrallo, y cuando se ejecuta el encargo, el subalterno lo comunica al superintendente, por quien se lo entrega a la reina.

Este jefe de los eunucos, por lo general un anciano que se ha recomendado a sí mismo por un largo curso de servicio fiel, siempre es nombrado por el rey, pero es su interés, así como su deber, congraciarse con la reina también; y, en consecuencia, encontramos a Hatach prestando muy útil en la realización de esas comunicaciones privadas con Mardoqueo, que fue capaz de obtener su poderosa influencia.

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