Y aconteció que cuando mandó al varón vestido de lino, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines; luego entró y se paró junto a las ruedas.

Cuando hubo mandado al varón vestido de lino... Toma fuego de entre... los querubines; luego entró , no en el templo, sino entre los querubines. Ezequiel deja de lado la jactancia de los judíos sobre la presencia de Dios entre ellos. Los querubines, una vez los ministros de la gracia, ahora son los ministros de la venganza. Cuando se le "manda", obedece sin demora ( Salmo 40:7).

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