Aunque estos tres varones, Noé, Daniel y Job, estuviesen en medio de ella, por su justicia librarían solamente sus propias almas, dice el Señor DIOS.

Noé, Daniel... Job - especificados en particular como salvados de abrumadoras calamidades por su justicia personal. A Noah se le entregaron solo los miembros de su familia en medio de la ruina general. Daniel salvó del furor del rey de Babilonia a los tres jóvenes Hananías, Misael y Azarías ( Daniel 2:17 ;). Aunque sus profecías fueron en su mayoría posteriores a las de Ezequiel, su fama de piedad y sabiduría ya estaba establecida, y los acontecimientos registrados habían sucedido. Naturalmente, los judíos, en su condición caída, se enorgullecerían de alguien que reflejaba tal gloria sobre su nación en la capital pagana, y construirían vanas esperanzas (aquí dejadas de lado) sobre su influencia para evitarles la ruina. Así desaparece la objeción a la autenticidad de Daniel a partirde este pasaje. "Job" forma el clímax (y se pone por lo tanto fuera de orden cronológico), no habiendo sido incluso dejado un hijo o una hija y habiendo tenido él mismo que pasar por una prueba de sufrimiento antes de su liberación final, y por lo tanto perdiendo el ejemplo más simple de la justicia de Dios, que salvaría a los justos ellos mismos solamente en la nación, y eso después de una prueba de sufrimiento, pero no perdonaría incluso "un hijo o una hija" por su causa.


Deberían liberar sino sus propias almas por su justicia - no la justicia de las obras, sino la de la gracia-una verdad claramente entendida bajo la ley.

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