Si el impío devuelve la prenda, devuelve lo que había robado, anda en los estatutos de la vida, sin cometer iniquidad; ciertamente vivirá, no morirá.

Si el impío devuelve la prenda, devuelve lo que había robado.

 Andad en los estatutos de la vida, en cuya obediencia se promete la vida. Si la ley ha fallado en dar vida al hombre, no ha sido culpa de la ley, sino de la incapacidad pecaminosa del hombre para guardarla. Se convierte en dador de vida a través de la obediencia justa de Cristo a él.

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