El espesor de la pared, que era para la cámara lateral externa, era de cinco codos; y lo que quedaba era el lugar de las cámaras laterales que estaban dentro.

Lo que quedaba era el lugar de las cámaras laterales que estaban dentro: había un lugar sin ocupar dentro de las cámaras que pertenecían a la casa. Los edificios en este lugar desocupado al oeste del templo, y que se parecían tanto en tamaño, implican que no se debía dejar ningún lugar que no fuera sagrado, como en tiempos pasados. Manasés había abusado de estos "suburbios del templo" para mantener caballos sagrados al sol. Toda excusa para tales abominaciones se eliminaría en adelante, el Señor reclamando cada espacio y llenándolo también con estructuras sagradas (Fairbairn).

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