He aquí el día, he aquí que ha llegado: ha salido la mañana; floreció la vara, reverdeció la soberbia.

Floreció la vara, reverdeció la soberbia. La "vara" es el caldeo Nabucodonosor, el instrumento de la venganza de Dios ( "Tú eres mi hacha de guerra y mis armas de guerra"). Se incluye la doble idea de la vara del castigo y el cetro del rey de Babilonia, que iba a ser el instrumento del castigo. La vara que brota (como debe traducirse la palabra), implica que Dios no se mueve precipitadamente, sino en pasos sucesivos. Él, por así decirlo, ha plantado a los ministros de Su venganza, y los deja crecer hasta que estén maduros para ejecutar Su propósito. "Orgullo" se refiere a la insolencia del conquistador babilónico (, "Oh tú, el más orgulloso"; hebreo, 'orgullo'). El paralelismo ("orgullo", que responde a "vara") se opone al punto de vista de Jerónimo, que "orgullo" se refiere a los judíos, que despreciaron las amenazas de Dios (también de Calvino, "Aunque la vara creció en Caldea, la raíz estaba con los judíos"). La "vara" no puede referirse, como pensó Grotius, a la tribu de Judá, porque evidentemente se refiere al "herir", como instrumento de herir.

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