Y el ángel de Jehová lo llamó desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham; y él dijo: Heme aquí.

El ángel del Señor. Desde el día en que el hombre cayó, Cristo tomó sobre sí el cuidado de la Iglesia en el ejercicio de todos sus oficios. Cuando leemos lo que Dios hizo de vez en cuando hacia su Iglesia y su pueblo, y cómo se reveló a ellos, debemos entenderlo especialmente, de la segunda persona de la Trinidad. Cuando leemos que Dios aparece después de la caída en algún símbolo visible o externo de su presencia, debemos entenderlo ordinariamente, si no universalmente, del Hijo" (Edwards, "Historia de la Redención").

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