Y Abraham dijo a sus criados: Quedaos aquí con el asno; y yo y el muchacho iremos allá y adoraremos, y volveremos a ti.

Abraham dijo a sus criados: Quedaos aquí con el asno. No informó a sus siervos del objeto de su viaje, como tampoco se lo había dicho a su esposa Sara, pues debió temer que ambos se opusieran. En el caso de este último, aunque llegó al lugar designado para la ofrenda, probablemente le movía el motivo adicional de evitar que su conducta fuera invocada como un precedente para los sacrificios humanos, y por lo tanto, excluyó cuidadosamente la presencia de sus asistentes, y eligió un lugar para su adoración donde, en medio de un matorral sombreado, estaría protegido de la vista de todos los observadores.
 

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