Y Rubén volvió a la fosa; y he aquí, José no estaba en el pozo; y rasgó su ropa.

Rubén volvió a la fosa. Parece haber tomado deliberadamente una ruta tortuosa, con miras a rescatar en secreto al pobre muchacho de una muerte prolongada por inanición. Por la ley del go'el, el mayor se constituía protector de su hermano menor; por lo tanto, al encontrar que José no estaba en el pozo, se rasgó la ropa y profirió ese gemido que, en hebreo, es tan conmovedor por sus sonidos: "El niño no está, y yo, ¿adónde iré?

Su excesivo dolor procedía de un sentido de su responsabilidad personal. Sus intenciones eran excelentes, y sus sentimientos sin duda dolorosamente lacerados, cuando descubrió lo que se había hecho en su ausencia. Pero la obra era de Dios, que había dispuesto que la liberación de José debe cumplirse por medios distintos a los suyos.

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