Y a Enoc le nació Irad: e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec.

A Enoc le nació Irad. La genealogía de la familia de Caín se da aquí hasta la sexta generación. Dado que las personas mencionadas parecen haber sido los hijos mayores, serían los gobernantes sucesivos de la ciudad de Enoc, y cada uno en su día sería poseedor de poder e influencia. Pero no se dan detalles de su historia personal ni de sus actos públicos; ni siquiera se toma nota de la duración de sus vidas, ni de la edad que alguno de ellos tenía cuando nació su hijo primogénito.

Este olvido al que son consignados los patriarcas Cainitas muestra la poca estimación en que el Espíritu de la Inspiración tiene a los simples hombres del mundo; porque el crecimiento de esta rama de la familia humana está totalmente identificado con el desarrollo progresivo de las fuerzas materiales. Viviendo en una ciudad, desplegaron temprano la inteligencia y la actividad por la que siempre se han distinguido los habitantes de las ciudades; tanto las artes útiles como las bellas artes tuvieron su surgimiento entre ellos, y habrían tenido derecho a una mención honorífica por su industria e inventos,sí las características sociales del lugar no hubieran sido la irreligión y la impiedad, que en unas pocas generaciones condujeron a una licencia desenfrenada en el vicio y la corrupción sensual. Irad denota el ornamento de una ciudad; Mehujael, destruido o herido de Dios; Matusael, hombre de Dios; Lamec, un hombre fuerte y poderoso.

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