Yo soy el SEÑOR, y no hay otro, no hay Dios fuera de mí: te ceñí, aunque tú no me conociste:

Yo (soy) el Señor, y (no hay) otro.

Te ceñí, mientras que "Desataré (el cinturón) los lomos de los reyes", fortaleciéndote, pero debilitándolos ante ti.

Aunque no me has conocido. Dios conoce a sus elegidos antes de que se les haga conocerlo.

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