Y en aquel día rugirán contra ellos como el bramido del mar: y si uno mira a la tierra, ve tinieblas y tristeza, y la luz se oscurece en sus cielos.

Dolor, y la luz se oscurece; de ​​lo contrario, la angustia y la luz (es decir, la esperanza y el miedo) se suceden alternativamente (como suele ocurrir en un estado de cosas inestable), y surge la oscuridad, etc. (Maurer).

En los cielos, literalmente, nubes; es decir, su cielo es más bien 'nubes' que cielo [`ªriypiym, de `aarap ( H6201 ), caer] ( Deuteronomio 33:28 ). De lo contrario, como margen, del mismo hebreo, raíz, en el sentido de romper o decapitar ( Oseas 10:2 ) 'en sus destrucciones' o ruinas.

Horsley toma 'mar, si uno mira hacia la tierra', como una nueva imagen tomada de los marineros en un barco de cabotaje (como lo eran todos los barcos antiguos), buscando la tierra más cercana, que la oscuridad de la tormenta oculta: de modo que sólo la oscuridad y la angustia pueden decirse que son visibles ( Isaías 13:10 ; Amós la oscuridad de la tormenta oculta: para que solo la oscuridad y la angustia puedan decirse que son visibles ( Isaías 13:10 ; Amós 8:9 ).

Observaciones: Grandes privilegios con llevan grandes responsabilidades. Donde mucho se ha dado, mucho se requerirá. La Iglesia de Israel fue separada del resto del mundo. No se escatimó ningún acto de amor por parte del Señor para asegurar su bienestar y su fecundidad. A Israel pertenecía la adopción, la Shekinah-gloria, los convenios, la Ley, el servicio del templo, las promesas y los padres en cuya simiente, aun Cristo, todas las familias de la tierra serían bendecidas.

Pero Israel abusó de su gran confianza; así que Dios le quitó lo que sólo parecía tener. La Iglesia cristiana actual está llamada a privilegios aún más altos. Por tanto, se requieren de ella frutos aún mayores que los del Israel antiguo. ¿Produce entonces la cristiandad frutos aceptables a los ojos del Señor de la viña? Sin duda, hay un remanente elegido que produce el fruto del Espíritu en alguna medida, y que en consecuencia son el objeto del deleite del Señor.

Pero si probamos a la gran mayoría de los que profesan ser cristianos con las pruebas establecidas aquí, la conclusión debe ser con respecto a la Iglesia exterior: "Fuiste pesado en la balanza, y fuiste hallado falto".

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