¿Por qué lloras por tu aflicción? Tu dolor es incurable por la multitud de tu iniquidad; porque tus pecados se aumentaron, te he hecho estas cosas. Como si la severidad de Dios fuera excesiva. No tienes razón para quejarte, porque tu aflicción es justa. Tu clamor llega demasiado tarde, porque el tiempo del arrepentimiento y de la misericordia ha pasado (Calvino).

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