Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues, porque no te oiré.

Tú, pues, no ores por este pueblo... Cuando las personas se entregan a la dureza judicial de corazón, la oración intercesora por ellos es inútil. "No oréis por este pueblo, ni levantéis clamor ni oración por ellos; porque no los oiré cuando clamen a mí por su angustia;" "Ahora, pues, déjame en paz" (versión calda, deja de orar)

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