Y Micaía le dijo: Vive conmigo, y sé para mí un padre y un sacerdote, y te daré diez siclos de plata por año, y un vestido, y tus alimentos. Entonces el levita entró.

Sé para mí un padre, un padre espiritual, para dirigir los servicios religiosos de mi establecimiento. Debía recibir, además de su pensión, un salario de 10 siclos de plata, equivalentes a 25 chelines al año.

Un traje de vestir: no sólo vestimenta para uso ordinario, sino vestimentas adecuadas para el desempeño de sus funciones sacerdotales.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad