Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Yahveh, maldecid amargamente a sus habitantes, porque no acudieron en ayuda de Yahveh, en ayuda de Yahveh contra los poderosos.

Maldecid a Meroz, una aldea en los confines de Isacar y Neftalí, que estaba en el camino de los fugitivos; pero sus habitantes se negaron a ayudar en su destrucción. El motivo de este anatema era que todo el cuerpo de israelitas, que poseía la tenencia de sus tierras a condición de prestar servicio militar, estaba obligado a presentarse en el campo de batalla como la milicia nacional en defensa o promoción de los intereses públicos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad