Y los príncipes de Sucot dijeron: ¿Están ahora las manos de Zeba y Zalmunna en tu mano, para que demos pan a tu ejército?

Los príncipes de Succoth dijeron: ¿Están ya las manos de Zeba y Zalmunna en tu mano? Era insolente, porque implicaba una amarga burla de que Gedeón contaba con una victoria que ellos creían que no obtendría; y era oportuna, porque, al vivir en la vecindad de los jeques madianitas, temían la futura venganza de esos jefes errantes. Esta forma de actuar tan contumaz era despiadada y vergonzosa en gente de sangre israelita.

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