Y la vasija de tierra que toque el que tiene el flujo, será rota; y toda vasija de madera será enjuagada en agua.

La vasija de barro... se romperá. Se cree que la cerámica de los israelitas, al igual que las vasijas de barro en las que los egipcios guardaban el agua, no estaba esmaltada y, en consecuencia, era porosa, y que su porosidad, que la hacía extremadamente susceptible de absorber pequeñas partículas de materia impura, era la razón por la que se ordenaba romper la vasija tocada por una persona impura.

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