Así entrará Aarón en el lugar santo: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.

Así vendrá Aarón. Dado que los deberes del gran día de la expiación conducían al acercamiento más cercano y solemne a Dios, las instrucciones en cuanto al curso apropiado a seguir eran minuciosas y especiales. Y aquí sigue el programa: un detalle completo de la manera en que debe hacer una entrada reverente y aceptable.

Con un becerro ... y un carnero. A estas víctimas las trajo vivas, pero no las ofreció en sacrificio hasta que hubo pasado por las ceremonias descritas entre esto y  (Levítico 16:11). Después de haberse purificado mediante la ablución de toda su persona, debía ponerse un vestido apropiado. Pero no debía vestirse en esa ocasión con las espléndidas túnicas propias de su oficio sagrado, sino con un vestido sencillo de lino, como los levitas comunes; porque, como entonces debía hacer expiación por sus propios pecados, así como por los del pueblo, debía aparecer con el humilde carácter de un suplicante.

Esa vestimenta sencilla estaba más en armonía con una época de humillación, así como era más ligera y conveniente para los deberes que en esa ocasión tenía que realizar él solo, que las magníficas vestimentas del pontificado. Demostró que cuando todos aparecían como pecadores, los más altos y los más bajos estaban entonces en un nivel, y que no hay distinción de personas con Dios.

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