Y Moisés trajo a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua.

Moisés... los lavó con agua. Se da un resumen de esta ceremonia, ( Éxodo 40:11 ). En la consagración se les sometía a una ablución completa, aunque en las ocasiones ordinarias se les exigía que, antes de entrar en sus funciones, sólo se lavaran las manos y los pies. Esta ablución simbólica tenía por objeto enseñarles la necesidad de la pureza interior y la obligación imperativa de ser santos que tenían los que llevaban los vasos y dirigían los servicios del santuario.

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