Y descendió la lluvia, y vinieron los ríos, y soplaron los vientos, y azotaron aquella casa; y cayó; y grande fue su ruina.

Y descendió la lluvia, y vinieron las inundaciones, y soplaron los vientos, y golpearon [ prosekopsan ( G4350 ) o 'golpearon' contra] esa casa; y cayó: y grande fue su ruina, ¡terrible la ruina! ¡Cuán animadas deben haber sido estas imágenes para una audiencia acostumbrada a la ferocidad de una tempestad oriental, y lo repentino y completo con el que barre todo lo inestable que se le presenta!

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