Oíd esto, os lo ruego, jefes de la casa de Jacob y príncipes de la casa de Israel, que aborrecéis el juicio y pervertís toda equidad.

Oíd esto, os ruego, jefes de la casa de Jacob. Aquí comienza el tema principal de la profecía: una demostración de su afirmación de que está "lleno de poder por el Espíritu de Yahvé"

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