Pero en verdad estoy lleno de poder por el espíritu del SEÑOR, y de juicio y de poder, para declarar a Jacob su transgresión, ya Israel su pecado.

Pero verdaderamente yo, en contraste con los falsos profetas.

Estoy lleno de poder por el Espíritu del Señor - el que imparte "el Espíritu de Yahvé" para el desempeño de la función profética ( "Recibiréis poder de lejos que el Espíritu Santo ha venido sobre vosotros").

Y de juicio - un sentido de justicia (Maurer); a diferencia de los falsos profetas que hablan para agradar a los hombres, no desde el punto de vista de la verdad. O juicio para discernir entre ofensas más graves y más leves, y para denunciar castigos en consecuencia (Grotius).

Y de poder - intrepidez moral en decir la verdad a toda costa.

Para declarar a Jacob su transgresión, y a Israel su pecado. No halagar al pecador, como hacen los falsos profetas, con promesas de paz.

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