Verdaderamente estoy lleno de poder por el Espíritu del Señor.Aquí Miqueas habla de sí mismo en contraste con los falsos profetas, y declara que estaba lleno de una influencia profética divina, y no de golosinas, vino y licor, como esos falsos pretendientes a la profecía; y de juicio Para discernir la verdad del error, el bien del mal, y para juzgar apropiadamente los tiempos y las estaciones, y mejorarlos en consecuencia. Y de poder. De valor, constancia y resolución para hablar lo que Dios me ordene, sin que el temor de nadie, por grande que sea, o en cualquier posición, lo disuada.

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