Sólo tú eres el Señor; tú hiciste el cielo, el cielo de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que hay en ella, los mares y todo lo que hay en ellos, y tú lo conservas todo; y el ejército del cielo te adora.

Tú, tú, eres el único Señor... En esta solemne e impresionante oración, en la que hicieron confesión pública de sus pecados y deploraron los juicios debidos a las transgresiones de sus padres, comienzan con una profunda adoración a Dios, cuya suprema majestad y omnipotencia es reconocida en la creación, preservación y gobierno de todo, y luego proceden a enumerar sus misericordias y distinguidos favores hacia ellos como nación, desde el período de la llamada de su gran antepasado, y la graciosa promesa que se le insinuó en el nombre divinamente otorgado de Abraham, una premisa que implicaba que iba a ser el Padre de los fieles, el antepasado del Mesías, y el individuo honrado en cuya semilla serían bendecidas todas las familias de la tierra.

Trazando con todo detalle las instancias de la interposición divina para su liberación y su interés; en su liberación de la esclavitud egipcia; su paso milagroso a través del Mar Rojo; la promulgación de Su ley (pues toda la forma de gobierno nacional, civil o eclesiástico, con todas sus ordenanzas, procedía directamente de Dios) en Su "darles a conocer Sus santos sábados", lo cual, por el uso de los escritores de las Escrituras, no significa un primer anuncio  (cf.1 Crónicas), sino la reedición formal de la ley sabática, que, para los siervos degradados de la casa de la servidumbre, sería absolutamente necesaria х wª'et ( H853 ) shabat ( H7676 ) qaadªshekaa ( H6944 ) howda`taa ( H3045 ) laahem (H3807a), y les hizo, atender, observar tus sábados santos, Gesenius]; en la paciencia y longanimidad que les mostraron en medio de sus frecuentes rebeliones; la señal triunfa sobre sus enemigos; su feliz asentamiento en la tierra prometida, y todas las bendiciones extraordinarias, tanto en forma de prosperidad temporal como de privilegio religioso, con que su bondad paternal los había favorecido sobre todas las demás personas, se acusan a sí mismos de hacer una retribución miserable; confesar sus numerosos y decididos actos de desobediencia; leer en la pérdida de su independencia nacional y su largo cautiverio el severo castigo de sus pecados; reconocer que, en todos los juicios severos y continuos sobre su nación, Dios había hecho lo correcto (Neh.16:8; Salmo 145:12 ; Efesios 6:19 ), pero habían hecho maldad; y al entregarse a Su misericordia, expresan su propósito de entrar en un pacto nacional, por el cual se comprometen a una obediencia debida en el futuro.

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