Por haber despreciado la palabra de Jehová, y haber quebrantado su mandamiento, esa alma será completamente cortada; su iniquidad será sobre ella.

Su iniquidad será sobre él, es decir, el castigo de sus pecados caerá sobre él mismo individualmente; la nación no incurrirá en culpa alguna, a menos que haya un descuido criminal al pasar por alto la ofensa.

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