Pero al día siguiente toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y contra Aarón, diciendo: Habéis matado al pueblo del Señor.

Habéis matado al pueblo de Jehová. ¡Qué extraña exhibición de prejuicios y pasiones populares, culpar a los líderes por salvar a los rebeldes! Sin embargo, Moisés y Aarón intercedieron por el pueblo, y el sumo sacerdote arriesgó su propia vida por hacer el bien a esa raza perversa.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad