Cualquiera que se acerque al tabernáculo de Jehová, morirá: ¿seremos consumidos con la muerte?

Viene cualquier cosa cerca, es decir, más cerca de lo que debería hacer; un error en el que muchos pueden caer. ¿La severa justicia de Dios superará toda ofensa leve? Todos seremos destruidos. Algunos, sin embargo, ven en esta exclamación el síntoma de un nuevo descontento, más que la indicación de un espíritu reverencial y sumiso. Temamos y no pequemos. Entre el final de este capítulo y el comienzo de (Números 20:1 ) hay un intervalo prolongado de 37 años.

No se sabe nada del período intermedio más allá de un simple registro de campamentos ( Números 33:1 ); porque aunque se dice ( Salmo 95:1 ) que durante cuarenta años los israelitas habían entristecido al Señor, el espíritu de inspiración ha borrado todo recuerdo de sus provocaciones.

En las circunstancias alteradas del pueblo, al quedar suspendido el pacto en el desierto, creció una nueva generación que no conocía la legislación mosaica del Sinaí. Por lo tanto, se hizo necesaria una recapitulación de los estatutos y requisitos más importantes para el mantenimiento del servicio divino, y se contiene en los capítulos siguientes, para regular la conducta, no sólo de Aarón y sus hijos, sino de los levitas en las generaciones futuras.

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