Manda a los hijos de Israel, y diles: Mi ofrenda y mi pan para mis sacrificios quemados, en olor grato para mí, cuidaréis de ofrecerme a su debido tiempo.

Manda a los hijos de Israel, y diles. La repetición de varias leyes promulgadas anteriormente, que se hace en este capítulo, era oportuna y necesaria, no sólo a causa de su importancia y de la frecuente negligencia de las mismas, sino porque había surgido una nueva generación desde su primera institución, y porque los israelitas estaban a punto de establecerse en la tierra donde debían observarse esas ordenanzas.

Mi ofrenda y mi pan, se usa generalmente para las ofrendas señaladas; y el significado de la prescripción es reforzar la regularidad y el cuidado en su observancia.

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