Así que Moisés mandó acerca de ellos a Eleazar el sacerdote, y a Josué hijo de Nun, y a los principales padres de las tribus de los hijos de Israel:

En cuanto a ellos, Moisés ordenó. El acuerdo en sí mismo, así como los términos expresos en los que se asentó, fueron anunciados por el líder a las autoridades públicas, es decir, el país de pastoreo que las dos tribus habían deseado les sería concedido a condición de que prestaran su ayuda a sus hermanos en la próxima invasión de Canaán. Si se negaban o no cumplían su promesa, perderían esas posesiones y se verían obligados a cruzar el Jordán y luchar por un asentamiento como el resto de sus hermanos.

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