El justo come hasta saciarse de su alma: mas el vientre de los impíos tendrá escasez.

El justo come hasta saciarse de su alma, por la bendición y bondadosa providencia de Dios. Lo poco que tienen los justos es como mucho, porque están contentos con su suerte y reciben todas las cosas de la mano del Señor. El Señor siempre les proveerá lo que sea para su verdadero bien.

Mas el vientre de los impíos tendrá necesidad. Nunca están satisfechos, porque no miden sus deseos por naturaleza, sino por su opinión, que no tiene límites (Mariana). Además, el Señor los castigará, ya sea aquí o en el más allá, entregándolos a una lujuria insaciable, sin los medios para satisfacerla.

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