El testigo verdadero libra las almas, pero el testigo engañoso habla mentiras.

Un testigo fiel libera almas, 'libra' almas inocentes que son calumniadas y acusadas ante los jueces.

Pero un (testigo) engañoso habla (en hebreo, exhala) mentiras, para destruir las "almas" inocentes.

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