El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová, pero la oración de los rectos es su delicia.

El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová, pero la oración de los rectos es su delicia.

Por muy costosa y solemne que sea la demostración exterior del "sacrificio" del hombre inicuo, no sólo no es el "deleite" del Señor como lo es la "oración" sencilla del hombre recto, sino que es una "abominación" positiva. Los incrédulos se complacen con ceremoniales externos, sin piedad de corazón y de vida. Los piadosos ofrecen verdadera oración; los impíos ofrecen un sonido vacío. "Sacrificio" externo (con el cual los impíos combinan para obtener obediencia,) se les atribuye; "oración" a los rectos.

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