El que se apresura a enriquecerse tiene mal de ojo, y no piensa que le ha de sobrevenir la pobreza.

El que se apresura a enriquecerse (28:20) (tiene) mal de ojo, un ojo intolerante a regañadientes (23:6).

Y no piensa (que en vez de hacerse realmente rico, será fruto de su prisa por hacerse rico por todos los medios, buenos o malos).

Que la pobreza vendrá sobre él, ( Job 27:16 .) A veces, en esta vida, la "pobreza" viene por un revés repentino en el que indebidamente "se apresura a enriquecerse"; en todo caso, al morir es despojado de todas sus riquezas, y la eterna "pobreza" de todo lo que es bueno se convierte en su perdición.

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