Y será que cuando él se acueste, tú señalarás el lugar donde se acostará, y entrarás, y descubrirás sus pies, y te acostarás; y él te dirá lo que debes hacer.

Entra, y descubre sus pies, y acuéstate. Por singulares que puedan parecernos estas instrucciones, no había nada impropio en ellas, de acuerdo con la sencillez de las costumbres rurales de Belén. En circunstancias ordinarias esto habría parecido indecoroso al mundo; pero en el caso de Rut, fue un método sin duda conforme al uso prevaleciente, el de recordarle a Booz el deber que recaía sobre él como pariente de su difunto esposo.

Booz probablemente durmió sobre una estera o una piel; Ruth yacía cruzada a sus pies, una posición en la que los sirvientes orientales frecuentemente duermen en la misma cámara o tienda con su amo; y si quieren cobertor, la costumbre les permite que se beneficien de parte del cobertor en la cama de su amo. Descansando, como hacen los orientales por la noche, con la misma ropa que usan durante el día, no había falta de delicadeza en que un extraño, o incluso una mujer, se pusiera el extremo de esta cubierta sobre ella.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad