He jurado, y lo cumpliré, que guardaré tus justos juicios.

He jurado, y lo cumpliré, que guardaré tus justos juicios. Así que los judíos, después de su regreso de Babilonia, 'entraron en maldición y en juramento de andar en la ley de Dios, que fue dada por Moisés, el siervo de Dios, y de guardar y hacer todos los mandamientos del Señor nuestro Dios, y sus juicios y sus estatutos.' Esta fue una repetición de su promesa solemne en el Sinaí.

La promesa jurada del pueblo de Dios de guardar los juicios de Dios depende de la ayuda prometida del Espíritu de Dios ( Ezequiel 11:19 ;).

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