1 Corintios 7:1-40

1 En cuanto a las cosas de que me escribieron, bueno es para el hombre no tocar mujer.

2 Pero a causa de la inmoralidad sexual, cada hombre tenga su esposa, y cada mujer tenga su esposo.

3 El esposo cumpla con su esposa el deber conyugal; asimismo la esposa con su esposo.

4 La esposa no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposo; asimismo el esposo tampoco tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposa.

5 No se nieguen el uno al otro, a menos que sea de acuerdo mutuo por algún tiempo, para que se dediquen a la oración y vuelvan a unirse en uno, para que no los tiente Satanás a causa de su incontinencia.

6 Esto digo a modo de concesión, no como mandamiento.

7 Más bien, quisiera que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don procedente de Dios: uno de cierta manera y otro de otra manera.

8 Digo, pues, a los no casados y a las viudas que les sería bueno si se quedasen como yo.

9 Pero si no tienen don de continencia, que se casen; porque mejor es casarse que quemarse.

10 Pero a los que se han casado mando, no yo, sino el Señor: que la esposa no se separe de su esposo

11 (pero si ella se separa, que quede sin casarse o que se reconcilie con su esposo), y que el esposo no abandone a su esposa.

12 A los demás digo yo, no el Señor: que si algún hermano tiene esposa no creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.

13 Y si alguna esposa tiene esposo no creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone.

14 Porque el esposo no creyente es santificado en la esposa, y la esposa no creyente en el creyente. De otra manera sus hijos serían impuros, pero ahora son santos.

15 Pero si el no creyente se separa, que se separe. En tal caso, el hermano o la hermana no han sido puestos bajo servidumbre, pues Dios los ha llamado a vivir en paz.

16 Porque, ¿cómo sabes, oh esposa, si quizás harás salvo a tu esposo? ¿O cómo sabes, oh esposo, si quizás harás salva a tu esposa?

17 Solamente que viva cada uno como el Señor le asignó, y tal como era cuando Dios lo llamó; así ordeno en todas las iglesias.

18 ¿Fue llamado alguien ya circuncidado? No disimule su circuncisión. ¿Ha sido llamado alguien incircunciso? No se circuncide.

19 La circuncisión no es nada, y la incircuncisión no es nada; más bien, lo que vale es guardar los mandamientos de Dios.

20 Cada uno permanezca en la condición en que fue llamado.

21 ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te preocupes; pero si puedes hacerte libre, por supuesto procúralo.

22 Porque el que en el Señor es llamado siendo esclavo, es hombre libre del Señor. De igual manera, también el que es llamado siendo libre, es esclavo del Señor.

23 Por precio fueron comprados; no se hagan esclavos de los hombres.

24 Hermanos, que cada uno se quede para con Dios en la condición en que fue llamado.

25 Pero con respecto a los que son solteros, no tengo mandamiento del Señor, aunque les doy mi parecer como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.

26 Pues, a causa de la presente dificultad, bien me parece que al hombre le sea bueno quedarse como está.

27 ¿Estás ligado a esposa? No procures desligarte. ¿Estás libre de esposa? No busques esposa.

28 Pero también, si te casas, no pecas; y si la soltera se casa, no peca; aunque aquellos que se casan tendrán aflicción en la carne, y yo quisiera evitársela.

29 Pero les digo esto, hermanos, que el tiempo se ha acortado. En cuanto al tiempo que queda, los que tienen esposas sean como si no las tuvieran;

30 los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran;

31 y los que disfrutan de este mundo, como si no disfrutaran de él. Porque el orden presente de este mundo está pasando.

32 Quisiera, pues, que estuviesen libres de ansiedad. El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor;

33 pero el casado se preocupa de las cosas de la vida, de cómo ha de agradar a su esposa,

34 y su atención está dividida. La mujer no casada, o soltera, se preocupa de las cosas del Señor, a fin de ser consagrada tanto en cuerpo como en espíritu. En cambio, la casada tiene cuidado de las cosas de la vida, de cómo ha de agradar a su esposo.

35 Esto digo para su provecho; no para ponerles restricción, sino para que vivan honestamente, atendiendo al Señor sin impedimento.

36 Si alguien considera que su comportamiento es inadecuado hacia su virgen y si está en la flor de la edad y por eso siente obligación de casarse, puede hacer lo que quiere; no comete pecado. Cásense.

37 Pero el que está firme en su corazón, no teniendo necesidad, sino que tiene dominio sobre su propia voluntad y así ha determinado en su corazón conservársela virgen, hará bien.

38 De modo que el que se casa con su virgen hace bien; y de igual manera, el que no se casa hace mejor.

39 La esposa está ligada mientras viva su esposo. Pero si su esposo muere, está libre para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.

40 Pero según mi opinión, más feliz será si permanece así. Y pienso que yo también tengo el Espíritu de Dios.

CAPITULO 7

CONTESTACION A LA INTERROGACION HECHA RESPECTO AL MATRIMONIO. EN CUANTO A OTRAS COSAS, ASIENTA EL PRINCIPIO DE PERMANECER EN EL ESTADO ACTUAL, POR SER CORTO EL TIEMPO.

1. Los corintios en su carta probablemente habían hecho preguntas que tendían a rebajar el matrimonió, sugiriendo que si había sido contraído con un incrédulo, era mejor romper el lazo. bien es al hombre no tocar mujer—Es decir, que esto era conveniente a causa de la presente tribulación;” o sea, la condición incierta en que estaba el mundo, y la probabilidad de que hubiese persecuciones, las cuales separaban cruelmente a los casados. Hebreos 13:4, en oposición a las nociones ascéticas y romanistas tocante a la santidad superior del celibato, declara que “Honroso es el matrimonio en todos.” Otra razón por la cual en algunos casos el celibato puede ser asunto de conveniencia se nos da en los vv. 34, 35: “Para que sin impedimento sirváis al Señor.” Pero éstos son casos excepcionales, en tiempos también excepcionales, como en los que vivió Pablo.

2. Mas a causa de las fornicaciones—Aquí se da una regla general para evitar la fornicación: una tentación a que estaban expuestos los solteros, por ser de práctica tan común en Corinto, y ni considerada como pecado entre los paganos. El plural, “las fornicaciones”, señala deseos irregulares, en contraste con la unidad de la relación conyugal. [Bengel.] cada uno tenga su mujer—Un mandamiento positivo a todo hombre que no tiene el don de la continencia, en efecto, a la gran mayoría en el mundo (v. 5). La dignidad del matrimonio está expuesta por Pablo en Efesios 5:25, al presentarla como un símbolo de la unión mística entre Cristo y la Iglesia.

3, 4. El deber de la cohabitación por parte de los casados. El marido pague a la mujer la debida benevolencia—En los manuscritos más antiguos se lee simplemente “el deber;” es decir, la cohabitación conyugal en cumplimiento del contrato matrimonial (v. 4). El v. 4 es una paradoja. El esposo no tiene potestad sobre su cuerpo, y con todo es suyo propio. Esto es explicado, por la unidad del cuerpo en que el matrimonio coloca al marido y a la mujer. Un ser complementa al otro. Ninguno sin el otro realiza el perfecto ideal del ser humano.

5. No os defraudéis—Es decir, del deber conyugal (v. 3; véase la Versión de los Setenta, Éxodo 21:10). a no ser por algún tiempo—en alguna ocasión. [Alford.] para ocuparoslit., para estar despreocupados; libres de interrupciones en la oración; a saber en alguna época especial, según el sentido griego de tiempo aquí (véase Éxodo 19:15; Joel 2:16; Malaquías 7:3). en la oración—Así parece en los manuscritos más antiguos. Otros leen: “ayuno y oración,” siendo esto evidentemente una interpolación de los ascetas. volved a juntaros—Los manuscritos más antiguos leen: “estad juntos,” es decir, en vuestro estado normal de casados. porque no os tiente Satanás—quien a menudo tienta a los hombres ocupados en los ejercicios más sagrados, con pensamientos profanos. a causa de vuestra incontinencia—Vuestra impotencia para “contener” (v. 9) las propensiones naturales, de las que se aprovecharía Satanás.

6. esto digo por permisión, no por mandamiento—No por el permiso que Dios me dé para decirlo; sino “a guisa de permisión” a vosotros. El “esto” se refiere a los vv. 2-5.

7. Quisiera … que todos los hombres fuesen como yo—Que tengan el don de la continencia (Mateo 19:11). Este deseo no es en sentido absoluto; de otro modo la extensión de la humanidad y de la iglesia cesaría; sino que se aplica relativamente a la “presente necesidad” (v. 26).

8. a los solteros—en general, de ambos sexos (vv. 10, 11). y a las viudas—en particular. bueno les es que se quedasen como yo—sin casarse (cap. 9:5)

9. mejor es casarse que quemarse—en la secreta llama de la concupiscencia, que destruye todo el ser interior. [Véase Agustín, de Sancta Virginitate.] Hace falta el rocío de la gracia de Dios para que ahogue esta llama, la que de otro modo arrojará al hombre al fuego del infierno.

10. denuncio, no yo, sino el Señor—(véanse vv. 12, 25, 40.) En casos ordinarios Pablo escribe basado en su inspirada autoridad apostólica (cap. 14:37); pero aquí se basa en la directa autoridad del Señor mismo (Marco 10:11). Pero en ambos casos, lo que escribe es inspirado por el Espíritu de Dios, “pero no todo es para todos los tiempos, ni todo sobre las verdades primordiales de la fe.” [Alford.] Que la mujer no se aparte del maridolit., “que no sea apartada.” Probablemente se prohibe la separación de cualquiera de los dos, sea a causa del marido o de la mujer.

11. si se apartare—o “si es apartada.” Si se ha cometido el pecado de la separación, el de un nuevo casamiento no debe ser añadido (Mateo 5:32). reconcíliese—Aplacando el desagrado del marido, y recobrando su buena voluntad. el marido no despida a su mujer—En Mateo 5:32 la única excepción permitida es la de “salvo por causa de la fornicación.”

12. a los demás yo digo—Las otras clases (además de “los casados,” v. 10, donde tanto el marido como la mujer son creyentes) de quienes los corintios le habían preguntado, es a saber, los matrimonios mixtos, de creyentes con incrédulos. no el Señor—no por mandato directo dado por el Señor. Si algún hermano tiene mujer infiel, y ella consiente … no la despida—Lo que indica que es con el deseo de él, en primer lugar en lo que ella concuerda.

13. la mujer—creyente. que tiene marido infiel,.. no lo deje—o “no lo despida” como en el v. 12. En el griego se usa la misma palabra. La mujer tenía el derecho de efectuar un divorcio bajo la ley griega y romana.

14. El marido infiel es santificado en la mujer—Aquellos que están inseparablemente relacionados con los que pertenecen al pueblo de Dios son por este mismo hecho santificados, de modo que éstos pueden mantener sus relaciones con aquéllos sin perjudicar su propia santidad (véase 1 Timoteo 4:5); y aun más, pueden impartir a aquéllos, exteriormente al menos, algo de su propio carácter de santificados, y preparar el camino para que el incrédulo llegue al fin a ser santificado interiormente por la fe. y la mujer infiel—esto es, en virtud de su vínculo conyugal ya existente. en el marido—En los manuscritos más antiguos se lee: “en el hermano.” El hecho de que el marido sea un “hermano,” esto es un cristiano, santifica o consagra la unión. de otra manera vuestros hijos serían inmundos—Es decir, estarían fuera del gremio sagrado del pueblo de Dios; en contraste con los “santos,” o sea, todos los que están dentro de los límites de la consagración. [Conybeare y Howson.] La fraseología concuerda con la de los judíos, los que consideraban como “inmundos” a todos los paganos, y como “santos,” o sea los participantes del santo pacto, a todos los de la nación electa. Los hijos eran incluídos en el pacto, así como Dios lo hizo no sólo con Abrahán, sino también con su “simiente después” de él (Génesis 17:7). La fe de uno de los dos padres hace que los hijos tengan una cercana relación con la iglesia, como si ambos fuesen cristianos (comp. Romanos 11:16). Timoteo, el portador de esta epístola, es un ejemplo en favor de este punto (Hechos 16:1). Pablo apela a los corintios como conocedores del principio de que los párvulos de padres paganos no serían recibidos para el bautismo cristiano, porque no hay fe por parte de los padres; pero donde uno de los padres es creyente, los hijos no eran considerados como ajenos al pacto cristiano, sino admisibles, aun en la infancia, como participantes en él: porque la iglesia presupone que el padre creyente criará al hijito en la fe cristiana. El bautismo infantil tácitamente sustituyó a la circuncisión infantil, así como el cristiano día del Señor gradualmente tomó el lugar del sábado judaico, sin que hubiese mandamiento expreso, ni noticia histórica, de la transferencia. El rechazo de la circuncisión y de los sábados judaicos en el caso de los gentiles fué expresamente ordenado por los apóstoles y por Pablo, pero la substitución del bautismo infantil y del día del Señor fué adoptada tácticamente, y no expresamente instituída. Ninguna mención explícita de ella ocurre antes de Ireneo en el siglo tercero; pero ninguna sociedad de cristianos de que tenemos historia puso en duda la corrección de la práctica sino 1500 años después de Cristo. Los anabaptistas quisieran que se postergase el bautismo hasta la madurez, alegando que el niño no puede entender la naturaleza del bautismo. Pero se puede hacer heredero de una propiedad a un niño: es de él, aun cuando él no es capaz de aprovecharla entonces ni de comprender su valor; no ha de adquirir el título más adelante y reclamarlo. Entonces entenderá su derecho, será capaz de utilizar sus riquezas, y llegará a ser responsable por el uso que de ellas hiciere. [El Arzobispo Whately] (2).

15. si el infiel se aparta, apártese—Esto es, si desea la separación, si está disgustado con la religión de ella, y se niega a vivir con ella a menos que la renuncie. no es el hermano o la hermana sujeto a servidumbre—No está obligado a renunciar a su fe a fin de conservar a su marido incrédulo. [Hammond.] Así lo declara Deuteronomio 13:6; Mateo 10:35; Lucas 14:26. Un creyente no está bajo la misma obligación en el caso de la unión con un incrédulo, como lo está aquel que es casado con creyente. En aquel caso no está obligado a separarse si el (o la) incrédulo consiente en convivir; en el otro caso, nada que no sea la “fornicación” justifica la separación. [Focio, in Aecumenius.] antes a paz nos llamó Dios—Nuestra vocación cristiana es una que tiende a la “paz” (Romanos 12:18), no a querellas; por tanto el creyente no debiera apartarse del cónyuge incrédulo (v. 12-14), de la una mano; y de la otra, en el caso excepcional de que el cónyuge no creyente desee separarse, el creyente no está obligado a forzar al otro (o a la otra) a permanecer en un estado de continua discordia (Mateo 5:32). Mejor aún sería no formar alianzas tan desiguales nunca (v. 40; 2 Corintios 6:14).

16. ¿Qué (así el griego) sabes tú si acaso con quedarte con tu marido (o esposa) incrédulo, lo (o la) podrás salvar? Poniendo en efecto el precepto de permanecer con el cónyuge incrédulo (v. 12-14). Así Rut, la moabita, fué convertida a la fe de su marido; y José y Moisés probablemente ganaron para la fe a sus respectivas mujeres. Así de modo similar el marido incrédulo podrá ser ganado por la esposa creyente (1 Pedro 3:1). [Calvino.] O si no (v. 15), si el cónyuge incrédulo desea separarse, que se vaya, de modo que puedas vivir “en paz”, porque no puedes tener la seguridad de convertirlo, de modo que se te obligue a quedarte con él a todo costo contrariamente a su voluntad. [Menoquio y Alford.] quizás harás salvar—Quizás puedas ser el instrumento de su salvación (Santiago 5:20).

17. EmperoEl griego: “si no.” “Solamente.” Cuidado con que los creyentes tomen esta indicación (v. 16: como lo explica Alford) como base para la separación entre ellos mismos (vv. 12-14). O bien, si no hay esperanza de ganar al incrédulo, manténgase este principio general: “Así como el Señor repartió dones a cada uno, como Dios llamó a cada uno, que así ande; que camine por la senda que le está señalada y en la cual fué llamado. La vocación celestial no anula nuestras vocaciones terrenales. así enseño (“ordeno”) en todas las iglesias—Por tanto, vosotros también debéis obedecer.

18. quédese incircunciso—No se haga incircunciso mediante una operación quirúrgica (1Ma 1:15; Josefo, Antigüedades, 12:5. 1). Podría haber cristianos que por exceso de sentimientos antijudaicos intentaran tal cosa. no se circuncide—Como hubieran querido los cristianos judaizantes que él hiciese (Hechos 15; Gálatas 5:2).

19. La circuncisión nada es,… sino la observancia de los mandamientos de Dios—Esto lo es todo. En Gálatas 5:6 esta “observancia de los mandamientos de Dios” se define como “la fe que obra por el amor;” y en Gálatas 6:15, como “la nueva criatura.” La circuncisión fué un mandamiento de Dios: pero no para siempre, como el “amor.”

20. en la vocación en que fué llamado, en ella se quede—Es decir, la condición en la que es llamado, ya sea judío, griego, esclavo, o libre.

21. ¿Eres llamado siendo siervo? no se te dé cuidado. No te preocupes de que seas esclavo o siervo. si puedes hacerte libre, procúralo más—Más bien, continúa en tu presente condición de siervo (v. 20; Gálatas 3:28; 1 Timoteo 6:2). El griego dice: “Pero si todavía puedes ser libertado, aprovéchalo,” y el contexto (vv. 20, 22) favorece esta interpretación. [Crisóstomo, Bengel, y Alford.] Este consejo (en caso de que esta traducción sea correcta) no es absoluto, por cuanto el espíritu del evangelio es contrario a la esclavitud. Lo que aquí se aconseja es el contentamiento en la condición actual de uno (v. 24), aunque ésta sea indeseable, puesto que en nuestra unión con Cristo todas las diferencias exteriores son compensadas (v. 22). No seas demasiado impaciente para abandonar tu condición de esclavo usando medios ilícitos (1 Pedro 2:13); como por ejemplo, Onésimo, que lo hizo huyendo (Filemón 1:10). El precepto (v. 23): “No os hagáis siervos de los hombres,” indica claramente que la esclavitud es anormal (comp., Levítico 25:42). “Los robadores de hombres,” o sean los traficantes en esclavos, son clasificados en 1 Timoteo 1:10, con los “homicidas” y “perjuros.” Neandro, Grocio, etc., explican: “Si eres llamado al cristianismo, siendo esclavo, conténtate—y aun más, si también puedes ser libre (como un bien aun adicional, el que si no puedes lograr, debes contentarte sin él; pero el que, si se te ofrece, no ha de ser menospreciado), aprovecha la oportunidad de ser libertado, en vez de que, por negligencia, tengas que seguir siendo esclavo.” Yo prefiero esta última interpretación, por concordar más con el tenor del evangelio, y por ser plenamente justificada por el griego.

22. el que en el Señor es llamado siendo siervo, liberto es del Señor—(Filemón 1:16.) Si bien un esclavo exteriormente, es hecho libre espiritualmente por el Señor: del pecado, Juan 8:36; de la ley, Romanos 8:2; de la “circuncisión,” v. 19; Gálatas 5:1. el que es llamado siendo libre, siervo (“esclavo”) es de Cristo—(cap. 9:21.) El amor hace que el servicio rendido a Cristo sea una perfecta libertad (Mateo 11:29; Gálatas 5:13 1 Pedro 2:16).

23. Por precio sois comprados; no os hagáis siervos de los hombres—Aquí cambia el apóstol de “tú,” a “vosotros.” “Ya que sois comprados” todos por la sangre de Cristo, sea cual fuere vuestro estado terrenal (cap. 6:20), “no os hagáis siervos de los hombres,” ni exterior ni espiritualmente El primer sentido se aplica sólo a los libres; el segundo así a los cristianos libres como a los cristianos esclavos, que no sean adherentes serviles a sus jefes de partido en Corinto, cap. 3:21, 22; Mateo 23:8; 2 Corintios 11:20; ni tampoco esclavos de los hombres en general, hasta en cuanto lo permitan sus circunstancias. Las condiciones externas y las internas, hasta donde sea posible deben corresponder, y aquéllas deben estar subordinadas a éstas (comp. vv. 21, 32-35).

24. Cada uno,… en lo que es llamado, en esto se quede para con Dios—Cuidando mayormente de la condición en que se halla ante Dios, más bien que ante los hombres. Esta frase, “para con Dios,” limita el precepto similar del v. 20. Un hombre puede dejar su vocación sin violar este precepto; pues si la vocación de uno no es favorable a su “ permanencia con Dios” (su continua comunión santa con él), puede aprovechar los medios lícitos para cambiarla (comp. nota, v. 21).

25. no tengo mandamiento del Señor, mas doy mi parecer—No tengo revelación expresa del Señor que lo mande, pero doy mi juicio (opinión); esto es, bajo la inspiración ordinaria que acompañaba a los apóstoles en todos sus escritos canónicos (comp. v. 40; cap. 14:37; 1 Tesalonicenses 4:15). El Señor me inspira, en este caso, a daros solamente una recomendación, no un mandamiento positivo. En el segundo caso (vv. 10, 11) fué un mandamiento positivo, pues el Señor ya había dado a conocer su voluntad (Malaquías 2:14; Mateo 5:3, Mateo 5:32). En el tercer caso (v. 12), el mandamiento del Antiguo Testamento de echar a las mujeres extrañas (Esdras 10:3), Pablo aquí lo revoca. como quien ha alcanzado misericordia del Señor—(1 Timoteo 1:13.) Atribuye su apostolado y los dones que le acompañan (inclusive la inspiración) sólo a la gracia de Dios. para ser fiel—al dispensar a vosotros las órdenes inspiradas que he recibido de parte del Señor.

26. Tengo … por bueno—“considero,” “pienso.” esto—a saber, “que bueno es al hombre estarse así,” en el estado en que se encuentre (v. 27). a causa de la necesidad que apremia—“La presente estrechez,” o las “calamidades” a las que los cristianos fueron expuestos desde el principio, que hacen menos deseable el estado de casado que el de soltero, y las cuales iba a haber en todo el mundo antes de la destrucción de Jerusalén, según la profecía pronunciada por Cristo (Mateo 24:8; comp. Hechos 11:28).

27. Que ilustra el sentido de “estarse así” (v. 26). Ni los casados (“ligados a mujer”) ni los solteros (“libres de mujer”) han de “procurar” un cambio en su estado (comp. vv. 20, 24).

28. aflicción de carne tendrán los tales—Los que se casen, dice, experimentarán “aflicción de carne” (es decir, en la condición externa, a causa de la presente necesidad o estrechez), no cometerán pecado, el que es aflicción del espíritu. mas yo os dejo—El énfasis en el griego está en el “yo”. Mi motivo en aconsejaros así es para “evitaros” (no “dejaros;” el mismo verbo griego se traduce “perdonar” en Romanos 8:32) tal aflicción de carne. Así opina Alford, con Calvino, Bengel, etc. Estio y Agustín lo explican así: “Os ahorro más detalles sobre los inconvenientes del matrimonio, no sea que los incontinentes sean impedidos de casarse, y así estén expuestos a los peligros de la concupiscencia; por tanto considero vuestra flaqueza.” La antítesis en el griego de “tales … yo … os” favorece la primera interpretación.

29. Esto empero digo—Resumiéndolo todo, y sacando la inferencia práctica de lo que precede (véase cap. 15:50). el tiempo—la sazón, o época (según el griego) de la presente dispensación hasta la venida del Señor (Romanos 13:11). Usa la expresión griega que el Señor usa en Lucas 21:8; Marco 13:33. es cortolit., reducido. lo que resta es—Los manuscritos más antiguos leen: “El tiempo (sazón) está acortado en cuanto a lo que resta, para que tanto los que …” esto es, el efecto que el acortamiento del tiempo debe tener es: “que para el tiempo que resta (de aquí en adelante), los que tienen …” La frase “lo que resta,” aunque se construye con la cláusula anterior, según el sentido de ella, pertenece a la siguiente. Sin embargo, Cipriano y la Vulgata apoyan nuestra versión. que los que tienen mujeres sean como los que no las tienen—No debemos considerar nada como nuestro propio en posesión real o permanente.

30. Y los que lloran, etc.—(comp. 2 Corintios 6:10.) y los que compran, etc.—(comp. Isaías 24:1.) Cristo especifica como pecado condenatorio de los hombres de Sodoma, no solamente su abierta disolución, sino también el hecho de que “compraban y vendían,” etc., como si el todo de ellos fuesen las cosas de este mundo (Lucas 17:28). como los que no poseen—En el griego significa: mantener firme la posesión; esto no lo hará el cristiano, porque su sustancia permanente (Hebreos 10:34) está en otra parte.

31. los que usan de este mundo, como los que no usan—los que sacan el mayor provecho del mundo. [Bengel.] Hemos de hacer uso del mundo. pero no considerar como nuestra principal finalidad el adquirir la mayor abundancia de bienes (comp. Lucas 10:40). Así como los planetas giran sobre sus propios ejes, y a la vez giran alrededor del sol, así también mientras que efectuamos nuestra parte en la esfera terrenal, Dios ha de ser el centro de todos nuestros deseos. la apariencia de este mundo—La presente forma pasajera. Salmo 73:20 : “como un sueño;” Santiago 4:14 : “como un vapor.” se pasa—No meramente se pasará; sino que ya en efecto se está pasando. La figura es tomada de los cambios del escenario que se hacen en un teatro (1 Juan 2:17, Joel 2:17). Pablo no hace tanto énfasis en la negación externa de las cosas terrenas como en el espíritu interno del hombre, por el cual los casados y los ricos, así como los solteros y los pobres, estén dispuestos a sacrificarlo todo por amor a Cristo.

32. Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja—Quisiera que estuvieseis no sólo “sin aflicciones”, sino también “sin las preocupaciones que distraigan” (esta es la idea en el griego).

34. Hay diferencia entre la casada y la doncella—No sólo difieren el casado y el soltero en cuanto a sus respectivos deberes, sino también la casada y la virgen. En efecto, la mujer sufre un cambio de condiciones mayor que el varón al contraer enlace matrimonial.

35. Esto … digo para vuestro provecho—no para desplegar mi autoridad apostólica. no para echaros lazo—Usando la figura del cazador que enlaza a un animal. No para que con mandamientos gravosos os infunda el temor de cometer pecado donde no hay pecado. sino para lo honesto y decente—lo cual es propio para las circunstancias actuales. para que sin impedimento—sin distracciones, no como Marta que “se distraía” (el mismo verbo griego, Lucas 10:40). os lleguéis al Señor—“para servirle asiduamente;” cumpliendo con vuestro deber. Véase Lucas 10:39, tocante a María y Lucas 2:37, tocante a “Ana … viuda, que no se apartaba del templo, mas servía a Dios con ayunos y oración noche y día” (1 Timoteo 5:5).

36. si a alguno parece cosa fea en su hija virgen—Cree que no conviene (no es justo) tenerla sin casar más allá de la flor de su edad, privándola así de la satisfacción lícita de su sentir natural de mujer casadera. y … así conviene que se haga—Si las exigencias del caso lo requieren; a saber, el respeto a los sentimientos y para el bienestar de su hija. Lo opuesto a “no tiene necesidad” (v. 37). cásese—“cásense,” en plural, la hija y su novio.

37. el que está firme—El que no se deja tornar de su propósito a pesar del vilipendio público. y no tiene necesidad—que surja de las inclinaciones naturales de la hija. sino que tiene libertad de su voluntad—No es impedido por la voluntad contraria de la hija, y tiene el poder de realizar su deseo o preferencia.

38. el que la da en casamiento, bien hace—Los manuscritos más antiguos leen: “El que casa a su propia (hija) virgen.”

39. La mujer casada está atada a la ley—Los manuscritos más antiguos omiten “a la ley” si su marido muriese,… cásese … con tal que sea en el Señor—Que se case solamente con un cristiano (2 Corintios 6:14).

40. Empero más venturosa será si se quedare así—(vv. 1, 28, 34, 35.) pienso que también yo tengo Espíritu de Dios—“Pienso también;” así como vosotros los corintios y vuestros maestros tenéis en mucho vuestras opiniones, así yo también doy mi opinión por inspiración divina; como en el v. 25, “mi juicio,” u opinión. El término pienso no sugiere duda, sino que muchas veces se usa para asegurar una verdad bien fundamentada (Juan 5:39).

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