Salmo 110:1-7

1 Salmo de David. El SEÑOR dijo a mi señor: “Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies”.

2 El SEÑOR enviará desde Sion el cetro de tu poder; domina en medio de tus enemigos.

3 En el día de tu poder tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en la hermosura de la santidad. Desde el nacimiento de la aurora tú tienes el rocío de la juventud.

4 El SEÑOR juró y no se retractará: “Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec”.

5 El Señor está a tu mano derecha; aplastará a los reyes en el día de su ira.

6 Juzgará entre las naciones; las llenará de cadáveres. Aplastará a los jefes sobre la extensa tierra.

7 Beberá del arroyo en el camino, por lo cual levantará su cabeza.

Salmo 110

La explícita aplicación de este Salmo a nuestro Salvador, por él (Mateo 22:42), y por los apóstoles (Hechos 2:34; 1 Corintios 15:25; Hebreos 1:13), y su frecuente referencia a su lenguaje y sentido (Efesios 1:20; Filipenses 2:9; Hebreos 10:12), no dejan duda alguna de su carácter puramente profético. No sólo no había nada en la posición o carácter, personal u oficial, de David ni de otro descendiente suyo, que justifique una referencia a los mismos, sino que la absoluta separación del oficio real de todas las funciones sacerdotales (tema indiscutible de este Salmo) absolutamente prohibe tal referencia. El Salmo celebra la exaltación de Cristo al trono de un reino eterno y creciente, y un perpetuo sacerdocio (Malaquías 6:13) que envuelve la subyugación de sus enemigos y la multiplicación de sus súbditos, y hecho infaliblemente seguro por la palabra y juramento del Dios todopoderoso.

1. Jehová dijoLit., un dicho de Jehová (cf. el Salmo 36:1), una fórmula, usada en declaraciones proféticas u otras solemnes y expresas. a mi Señor—Que los judíos entendían que este término denotaba al Mesías lo demuestran sus tradiciones, y también lo comprueba la manera en que Cristo argüía basado en tal asunción (Mateo 22:44). Sentarse a la diestra no sólo era señal de honor (1 Reyes 2:19), sino que también envolvía la participación en el poder (1 Reyes 45:9; Efesios 1:20; Marco 16:19). siéntate—como un rey (Marco 29:10), aunque se sugiere la posición más bien que la postura. En tanto que pongo, etc.—El dominio de Cristo sobre sus enemigos, la entrega a él de todo el poder para sojuzgarlos (Mateo 28:18), de cierto se verificará (1 Corintios 15:24). Este no es ni su gobierno como Dios, ni aquel que como Salvador encarnado ejerce sobre su pueblo, del que siempre será la Cabeza. enemigos por estrado—expresión derivada de la costumbre de los conquistadores orientales (cf. Josué 10:24; Jueces 9:7), que significa sumisión completa.

2. vara de tu fortaleza—la vara de corrección (Isaías 9:4; Isaías 10:15; Jeremias 48:12), por la que se hará conocer tu fortaleza, o fuerza. Esta es su Palabra de verdad (Isaías 2:3; Isaías 11:4), que convierte a los unos y confunde a los otros (cf. 2 Tesalonicenses 2:8). desde Sión—o bien, de la Iglesia, en la que Dios mora por su Espíritu, como alguna vez moró por un símbolo visible en el tabernáculo de Sión (cf. el Salmo 2:6). domina (tu)—sobre tus enemigos ya sometidos. en medio de—los que una vez te acometieron cual fieras (Salmo 22:16), mas ahora humildemente, si bien de mala gana, te reconocen por Señor (Filipenses 2:10).

3. Tu pueblo, etc.—Lit., tu pueblo (es o será) ofrendas voluntarias, pues tal es el sentido de este sustantivo (no adjetivo) (cf. Éxodo 25:2; Salmo 54:6, también una forma similar en Jueces 5:2). en el día de tu poder—tu pueblo libremente se ofrece (Romanos 12:1) para tu servicio, alistándose bajo tu bandera. en la (s) hermosura (s) de la santidad—o como en el Salmo 29:2, la hermosura del culto espiritual, del que el culto del templo, con todo su esplendor material, no era sino un tipo; o lo que es más probable, la aparición de los adoradores que en este reino espiritual, son una nación de reyes y sacerdotes (1 Pedro 2:9; Apocalipsis 1:5), que sirven a este Sacerdote y Rey, vestidos de aquellas gracias eminentes tipificadas por las bellísimas vestimentas de los sacerdotes aarónicos (Levítico 16:4): La muy obscura frase desde el seno de la aurora—puede ser explicada de esta manera; La palabra juventud denota un período de la vida distinguido por el vigor y la actividad (Cf. Eclesiastés 11:9)—el rocío es emblema constante de refrigerio y fortalecimiento (Proverbios 19:12; Oseas 14:5). El Mesías pues, dirigiendo a su pueblo, se representa de continuo en el vigor de la juventud, refrescada y fortalecida por el rocío matutino de la gracia y Espíritu de Dios. Así la frase corresponde como complemento del paralelismo con “el día de tu poder.” “En la Hermosura de la santidad” pertenece al segundo miembro del paralelismo, y corresponde a “tu pueblo”, del primero. Otros prefieren esta explicación: Tu juventud, o vigor juvenil, o cuerpo, será constantemente refrescada por acrecimientos sucesivos de gentes como el rocío natural; y esto concuerda con la idea neotestamentaria de que la Iglesia es el cuerpo de Cristo (cf. Miqueas 5:7).

4. La perpetuidad del sacerdocio, aquí declarada por el juramento de Dios, corresponde a la del oficio del rey, que se acaba de explicar. según el orden—(Hebreos 7:15) según la semejanza de Melquisedec, está plenamente explicado por Pablo, significando no sólo la perpetuidad, la ordenación de Dios, y un sacerdocio real, sino también la ausencia de toda descendencia y sucesión sacerdotal, y la superioridad al orden aarónico.

5. a tu diestra—como en el Salmo 109:31, sustentándote y ayudándote; lo que no está en desacuerdo con el v. 1, donde la figura denota la participación en el poder, porque aquí él está presentado bajo otro aspecto, como guerrero que sale contra los enemigos, sustentado por Dios. herirá—traspasará. reyes—no los hombres ordinarios, sino los reyes de ellos con todos sus súbditos (Salmo 2:2, Salmo 2:10).

6. Hay cambio de nuevo de persona. Se describen las conquistas del Mesías, aunque la obra suya y la de Dios es la misma. Como después de una batalla, cuya arena está cubierta de cadáveres, el conquistador sube a la sede del imperio, así juzgará el Señor o regirá entre muchas naciones, y subyugará las cabezas (o cabeza, en el original, usado colectivamente) en muchas tierras.

7. Como un conquistador, “cansado, mas aún persiguiendo,” se refrescará por el arroyo del camino, y seguirá hasta feliz terminación sus gloriosos y divinos triunfos.

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